- El libro recoge cerca de 200 cabeceras, entre ellas La Oja (1836), un periódico desconocido hasta ahora que puede considerarse como el primer periódico político publicado en Burgos
- En el último cuarto de siglo hubo una activa prensa anticlerical y republicana, que sufrió censura y sanciones y sus periodistas penas de cárcel
- El autor con esta obra reivindica la importancia de la información de proximidad, en un momento como el actual, especialmente hostil para la prensa y medios locales
Cerca de doscientos periódicos y revistas se editaron en Burgos y provincia durante el siglo XIX, según se recoge en el libro “Burgos: prensa y periodistas del siglo XIX. La importancia de la información local”, del que es autor el periodista y profesor universitario, José María Chomón.
El libro, de 578 páginas, ha sido publicado dentro de la colección de Comunicación Social de la Editorial Fragua, con la colaboración de la Fundación Caja de Burgos.
Se incluyen algunas cabeceras hasta ahora desconocidas, entre ellas La Oja, publicada en 1836 por orden del gobernador, Antonio Ayarza, para la difusión de la propaganda política con motivo de las elecciones a Cortes. Fue el primer periódico político de Burgos que se redactó e imprimió en la imprenta de Timoteo Arnaiz, que también publicaba el Boletín Oficial de la Provincia.
El libro, además de ordenar las cabeceras por periodos históricos, lo hace por criterios temáticos. Junto a la prensa política, existió una interesante prensa satírica, cuyo máximo exponente fue El Papa Moscas; literaria, de bellas artes y ciencias, cuya cabecera más singular fue El Genio, la primera que insertó fotografías en España; sectorial o profesional, con El Mensual Farmacéutico y el Consultor de los Ayuntamientos como dos de sus máximos representantes; o de noticias, con el Diario de Burgos como la cabecera más importante que ha dado la historia del periodismo burgalés. Existió también prensa gratuita, militar, católica…
Dentro de la prensa política existió una notoria prensa anticlerical y republicana que sufrió persecución, multas, censura, cierre de ediciones… y sus periodistas penas de cárcel. En unos de sus párrafos el autor señala que:
“En Burgos, conocida como ciudad de rancho y agua bendita, por la importante influencia de los estamentos militar y religioso, existió en el último cuarto del siglo XIX una prensa republicana y anticlerical muy activa. La misma fue posible por un grupo de periodistas, cuyos nombres se repiten de manera regular en la fundación de periódicos defensores de las ideas republicanas y anticlericales. Estos periodistas, algunos de ellos vinculados a partidos políticos, sufrieron censura, sanciones económicas y condenas de prisión. El caso más grave afectó a Nicolás Pasca, condenado a ocho años de cárcel.”
Fueron numerosas las cabeceras de todas las tendencias que padecieron persecución, sanciones y censura. El Papa Moscas -periódico satírico liberal-; los periódicos conservadores El Heraldo de Castilla y Caput Castellae; el carlista La Fidelidad Castellana… pero los que mayor represión soportaron fueron los anticlericales y republicanos, especialmente El Orden Público, El Progreso de Castilla, El Orden y La Voz del Orden. Cabe resaltar que para impedir a sus periodistas la entrada en el Ayuntamiento, los concejales acordaron en 1883 prohibir el acceso a la Casa Consistorial a la totalidad de los periodistas. Representa el primer precedente conocido en Burgos de una decisión de este tipo por parte de una institución pública.
Entre los periodistas más destacados el autor resalta a la familia Martínez Añibarro, impulsora de un buen número de cabeceras literarias y culturales; Lisardo Blanco, Nicolás Pasca, Francisco Vega de la Iglesia o Fernando Lasso de la Vega -entre los periodistas republicanos y anticlericales; Marcelo Martínez Alcubilla y Carlos Mallaina, entre la prensa sectorial; y Mariano Rodríguez, que internacionalizó la imprenta Hijos de Santiago Rodríguez.
Los dos periodistas más notables, a juicio de Chomón, fueron, por un lado, Jacinto Ontañón, fundador y director de varias cabeceras, la más importante y reconocida El Papa Moscas. Fue maestro de periodistas y un referente para la profesión por su independencia de criterio y valentía para defender sus postulados, a pesar de que sufrió en algunos momentos persecución y condenas de prisión. El otro periodista más destacado fue Juan Albarellos. Con una gran formación intelectual, tuvo la habilidad de convertir a Diario de Burgos en el periódico más importante que ha tenido la ciudad.
El libro realiza también un repaso por algunas de las noticias publicadas por los periódicos que se conservan. El posicionamiento sobre la pena de muerte, el asesinato del gobernador en la catedral, las inundaciones, la exigencia para garantizar la conservación del patrimonio histórico, la batalla con la prensa de Valladolid por el expolio que sufrieron las cuevas de Atapuerca para trasladar estalactitas y estalagmitas al paseo de Campo Grande de la capital vallisoletana, la exigencia de ayuda para los pobres, el apoyo para la alfabetización de la población, la llegada de los restos del Cid, los enfrentamientos de la población civil con los militares, la destrucción de la redacción El Eco Burgalés, la huelga del gas, los infanticidios… son algunas de las informaciones publicadas por los periódicos y recogidas en esta obra.
Según José Mª Chomón, el libro no pretende convertirse en una recopilación de periódicos, periodistas y noticias del siglo XIX. “Es una obra que quiere reivindicar la importancia de la información local en un entorno especialmente hostil para la prensa de proximidad como el actual. Los primeros periodistas burgaleses demostraron valor y osadía y los que apostaron por el periodismo de calidad tuvieron el reconocimiento de sus lectores. Es por ello que se incluye también la reflexión sobre la importancia de los contenidos informativos de proximidad de una decena de periodistas burgaleses”.