Fran NezbiaN
Mi voz hierve a cordura,
respiro,
no desisto si hay abismo,
resisto,
entiendo sin cesar
y no conquisto.
Encierro logros en palabras,
en un cielo añil funden mis ojos,
esclavo de inconformismo,
¿será esta herida dueña de mí mismo?
¿seré acaso una herramienta?,
¿destino?.
Más bien pienso que no existo,
que prosodia es mi apellido y el camino,
que no hay lugar, ni un beso,
sin amor,
y que las palabras sin esto,
tan solo son hojas caducas en el viento…
Sigo gritando
en una habitación vacía,
mirando el cielo y su caligrafía.
Rezando al trueno,
con la lux de un rayo,
hijo de Zeus,
oigo su llanto.