CREDETE

Hemos realizado una entrevista a un joven que nos va a contar sus vivencias durante la adolescencia y primeros años de madurez. Se trata de un testimonio, crudo y demoledor, pero a la vez valiente y tierno. Ha sido un verdadero honor tener la posibilidad de escucharlo, y sentir que con fuerza de voluntad, se puede salir de todo. Esperando que los jóvenes que se puedan encontrar en la misma situación, descubran que no están solos y puedan pedir ayuda.

Me llamo Blueboy, soy Trabajador social, aunque actualmente trabajo en el sector de la hostelería. Nací en una ciudad del norte de España, mi infancia transcurrió entre Barcelona y la mencionada ciudad, en mis primeros años de vida me cambié varias veces de casa, y por el trabajo de mis padres consideraba a mis abuelos mis segundos papas. Quiero contaros mi historia porque creo que puede ayudar a mejorar la vida de otras personas que se encuentren en mi misma situación. A lo largo de mi adolescencia, ya en mi ciudad del norte, donde actualmente resido he sufrido una serie de problemas que voy a contar aquí.

¿Cómo empezaron los problemas?
A lo largo de mi adolescencia buscaba el amor desesperadamente, consecuencia de carencias afectivas enraizadas en mi mente al no sentir el afecto y cariño que yo esperaba por parte de mis padres. Me daba igual que fuera un hombre que un joven, lo único que necesitaba era cariño y afecto y pensaba que lo iba a encontrar a través de las relaciones sentimentales que iniciaba compulsivamente y en las que nunca me sentía satisfecho.

¿A qué te condujo esa situación?
A lo largo de los años y en mi búsqueda de amor y afecto, se fueron acrecentando los problemas, entre los que aparecieron problemas con el sexo, las drogas y fobias diversas.

¿Qué problemas sexuales aparecieron?
En un momento de mi adolescencia, me convencí de que el amor lo podría encontrar a través del sexo lo que me llevo a tener relaciones sexuales con hombres, fuera debajo de un árbol o en un hotel, me daba igual, no obstante, al acabar el acto sexual me sentía vacío. A su vez también recurría a la masturbación compulsiva llegando a masturbarme hasta tres veces diarias, para calmar mi ansiedad. Esta situación duro varios años.

En cuanto a las drogas. ¿Qué ocurrió?
En un primer momento utilizaba la marihuana como medida de socorro, hasta que llegó un momento en el que se convirtió en una adicción, empleándola a diario. Eso sí, nunca pase de consumir marihuana y no me atrajeron drogas más fuertes.

¿Podrías hablarnos de tus fobias?
En la última etapa cuando ya me encontraba en uno de mis peores momentos, empecé a tener pensamientos obsesivos que me torturaban.

¿Cuándo te diste cuenta que habías tocando fondo?
Fue en febrero del año pasado, en aquel momento yo sentía una relación sentimental con una persona mi familia, prefiero no desvelar el parentesco, en ese mes yo estaba realizando una serie de cursos y allí leyeron un poema de Mario Benedetti (La Gente que me Gusta) que a día de hoy todavía me sigue emocionando. Fue en ese momento en el que me di cuenta que tenía que cambiar esta situación que tanto me desagradaba. Anteriormente realicé intentonas, pero no lo conseguí, ya que eliminaba pequeñas cosas como por ejemplo dejar de fumar, pero no englobaba el todo.

¿Qué hiciste para salir de ahí?
Lo que más importa en una situación así es uno mismo, la voluntad que se tenga para salir de ahí, además me puse en manos de profesionales que me ayudaron en el camino.

A día de hoy ¿Cómo te encuentras?
En estos momentos ya lo he superado todo, me encuentro perfectamente y con ganas de vivir, me siento feliz de haber superado todos mis problemas.

¿Has encontrado el amor?
No, todavía no, pero estoy abierto a ello, y sé que ahora de una forma totalmente saludable.

¿Qué les dirías a las personas que se encuentran en su situación?
Les diría que escuchen su interior, que no se ignoren, que sientan la vida, la vida es sentir. Salir de la vida pensante para sentirla. Que no se den la espalda. Todos, en nuestro interior albergamos esa luz que vemos en otros y que creemos que carecemos de ella. Les diría que realicen prácticas para poder encauzar sus emociones como pueden ser practicar algún deporte, conectar con la naturaleza desde los alimentos hasta salir al aire libre. Practicar meditación basada en la consciencia como bien puede ser el mindfulness. Decirles que la vida es sencillez absoluta, sólo nuestras mentes complican el momento. Con vivir en consciencia me refiero a vivir el presente, hay muchas técnicas para poder anclarse a este momento que es único, irrepetible y eterno. Bien puede ser la respiración o dar uso a pequeños mantras, desde CREDETE (Cree en ti), hasta un Todo es perfecto. Con esto me refiero y hago honor a un mantra que se encuentra en mi ciudad, al lado de un parque verde y lleno de vida, y que es mi último mantra: No hay mejor lugar que aquí ni mejor momento que ahora. Mantrea!!! Gracias al mindfulness y a la práctica del silencio he podido desarrollar mejor mi brújula interna: la intuición. Ese maestro interno que me dice cómo quiero ir, y digo cómo porque los por qués han perdido valor. Ánimo a todos a que se bajen del torbellino mental y vivan desde la esencia.

Me gustaría compartir ese poema de Benedetti que me ayudó a que algo se rompiera dentro de mí, a entender que los problemas son oportunidades para seguir creciendo, a observarme y a sentir la vida. Que lo disfrutéis.

LA GENTE QUE ME GUSTA (MARIO BENEDETTI)

Me gusta la gente que vibra,
que no hay que empujarla,
que no hay que decirle lo que hay que hacer ni que lo haga,
… sino que lo sabe y lo hace.

Me gusta la gente con capacidad
para medir las consecuencias de sus acciones,
que no deja las soluciones al azar.
Me gusta la gente justa con su gente y consigo misma,
pero que no pierda de vista que somos humanos
y nos podemos equivocar.
Me gusta la gente que piensa
que el trabajo en equipo entre amigos,
produce más que los caóticos esfuerzos individuales.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.
Me gusta la gente sincera y franca,
capaz de oponerse con argumentos serenos
y razonables a las decisiones de un jefe.
Me gusta la gente de criterio,
la que no se avergüenza de reconocer
que no sabe algo que se equivocó.
Me gusta la gente que al aceptar sus errores,
se esfuerza por no volver a cometerlos.
Me gusta la gente capaz de criticarme
constructivamente y de frente,
a éstos les llamo mis amigos.

Me gusta la gente que no desfallece
cuando de alcanzar ideas y objetivos se trata.
Con gente como esa, me comprometo a lo que sea,
ya que con haber tenido a esa gente
a mi lado me doy por bien retribuido

 

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Blue more red: Purple

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