El estudio del órgano está al alza en la provincia de Burgos, multitud de instrumentos de época barroca de pequeñas iglesias parroquiales están siendo restaurados con el esfuerzo de los vecinos, las instituciones y los amantes de la música. El concierto benéfico del 30 de diciembre, llevado a cabo por Santiago Sacristán Ruiz y Celia Saiz Marroquín, se enmarca en esta ingente labor.
P. ¿Qué puede contarnos del concierto del día 30 de diciembre?
R. El viernes 30 de diciembre Celia Saiz Marroquín y yo daremos un concierto a las 20:00h en la Iglesia de San Lesmes Abad de Burgos con el objetivo de recaudar fondos para la restauración de uno de los numerosos órganos españoles que, debido al paso del tiempo y el descuido, se encuentran en terrible estado de conservación, concretamente el órgano barroco de Busto de Bureba, un instrumento de un gran valor histórico, datando del siglo XVI. Así como seguir promoviendo el interés por la música de órgano y su conservación.
P. ¿Cuál es la situación de la música organística en la provincia?
R. España es un país con una gran cantidad de órganos, y concretamente nuestra región, Castilla y León, posee la gran mayoría de ellos. Sin embargo, lamentablemente, una gran parte de ellos están en desuso o prácticamente sin tubos, como es el caso del de Busto de Bureba. Afortunadamente, hay órganos, como los de Grijalba, Castrojeriz o Villaveta, que han sido cuidados y conservados y en torno a los que se llevan cabo diferentes actividades, como cursos, conciertos o festivales, ayudando así a restaurar los instrumentos y la cultura musical en los pueblos.
P. ¿Cómo valora la reciente introducción de los estudios de órgano en el Conservatorio Profesional de Música “Rafael Frühbeck de Burgos”?
R. La labor que está haciendo Don Enrique Martín Laguna al frente de esta especialidad en el Conservatorio de Burgos es titánica, formando nuevos organistas que sepan tratar con cariño el instrumento, porque, al fin y al cabo, no tendría sentido restaurar órganos sin que hubiera gente que los supiera tocar. Este año, además, ha habido un incremento sustancial en el número de estudiantes en esta especialidad, lo que es especialmente reseñable teniendo en cuenta la bajada en las matriculaciones, en general, en el conservatorio de la capital. En definitiva, podemos concluir que la respuesta ciudadana a los varios proyectos relacionados con el órgano que se están desarrollando en la provincia está siendo espléndida, lo que en los próximos años creará una nueva generación de organistas.
P. Y usted concretamente, ¿cómo se inició en esta especialidad?
R. Yo empecé en el conservatorio burgalés con el clarinete, sin embargo, en una ocasión asistí a un concierto de órgano en la Catedral y allí me quedé prendido, podemos decir que fue amor a primera vista. Entonces, como en ese momento no existía esta especialidad en la capital, tuve que ir a Madrid para poder estudiar la interpretación del órgano. La verdad que el paso del clarinete a este nuevo instrumento fue una auténtica «terapia de choque».
P. Finalmente, ¿nos podría adelantar el repertorio que interpretarán el 30 en San Lesmes?
R. La verdad es que todavía no se lo que tocará mi compañera Celia. Por mi parte, interpretaré piezas esencialmente románticas, concretamente el Coral Nº3 en La Menor de César Franck, conmemorando de paso el bicentenario de su nacimiento. Además, por supuesto, ejecutaré algo de Bach, la Tocata y Fuga, pues como dice el organista de la Sagrada Familia de Barcelona, un concierto sin Bach es como un bocadillo sin pan.