Ela Romeral
Volver al punto de partida sin haber retrocedido,
la certeza de sentirse huracán en un mundo que no admite remolinos,
ser tres veces trescientas razones por las que no quedarme,
morir en el intento por renacer de nuevo,
colgar de la punta de un suspiro cada palabra que nunca llegaron a decirme,
ser espina, despedida, puñal ensangrentado que yo misma me clavo
y volar
como si nunca antes
hubiera besado el abismo.