Este pasado martes, 28 de junio, nos acercamos a presenciar la verbena de San Agustín, donde el Grupo Cayena de la empresa Cooper sacudió el barrio desde la medianoche hasta las 02:30 de la madrugada. Nuestra misión fue simple; presenciar el espíritu de los Sampedros en los jovenes burgaleses y capturar ese aire de fiesta en fotografía.
La crónica de la velada fue simple; en anticipación de los fuegos artificiales de las 23:30, la zona del espolón fue una procesión de innumerables masas de diversas edades. Las peñas y las charangas hacían su presencia conocida a través de sus lemas y sus uniformes coloridos. Señores y niños vivían una noche familiar mientras los jovenes llevan bolsas de alcohol y mejillas sonrojadas entorno a la orilla del Arlanzón. En el puente Castilla, un tapón de gente asfixiaba y ponía a prueba la construcción de piedra antes de que las flores de fuego estallasen en los cielos.
Con la conclusión de los fuegos, las multitudes se dividen, y aquellos hinchas de las verbenas Sampedrinas se dirigen hacia el barrio de San Agustín. Los más tranquilos permanecen en las casetas del Museo de la Evolución Humana, momento en que se les pierde la pista.
Describir una verbena en palabras es fútil. Así pues, dejemos que las imágenes hablen por si solas.
¿Qué tal lo estáis pasando estos Sampedros?