Ana Martínez y Miguel Ángel Portilla
Siete.
Siete son los años que la Asociación Burgos Heavy Metal lleva ya organizando conciertos y eventos para los amantes de este tipo de música. Y qué mejor forma de celebrarlo que con unas jornadas de la mejor música heavy.
El escenario escogido fue la Sala Andén 56, y desde las 20h que se abrieron sus puertas hasta pasadas las 2:30 de la madrugada, fue un no parar de buen rollo, diversión, reencuentros, dobles bombos, solos de guitarra… Vamos, lo que viene siendo siempre ir a ver un concierto de Heavy Metal.
Los encargados de abrir el escenario, con un público aún escaso, fueron los burgaleses Antecessor, que llevan ya 18 años al pie del cañón. Comenzaron con fuerza, con mucha fuerza, dispuestos a hacer que todos los que estaban fuera peleándose con la niebla, encontrasen el camino hacia la fiesta del heavy en Burgos.
Poco a poco, la gente fue entrando en la sala, y 45 minutos después, fue el turno de Ad Eternum, un grupo llegado desde Bizkaia, que con un solo disco en el mercado, demostraron que, después de nutrirse de un montón de bandas con su anterior proyecto (Full Metal Band, dedicado a las versiones), están más que preparados para defender su propia música.
La Sala Andén 56 estaba casi llena, el calor del ambiente había ya tomado posesión de la fría noche burgalesa, y fue el turno de uno de los grupos grandes de la noche. Le tocaba salir al escenario a Leo Jiménez. El cantante y guitarrista, que comenzó hace ya 20 años militando en Saratoga, trajo a Burgos su proyecto en solitario, ese que compagina con la vuelta a los escenarios del mítico grupo Stravaganzza. Con fuerza, dinamismo y, sobre todo, una hora y media por delante, Leo Jiménez demostró por qué es uno de los grandes del Heavy Metal, haciendo saltar a toda la Sala Andén 56, dejándose la voz y la energía en cada nota.
Después, tras la energía y la fuerza combinada con las baladas de Leo Jiménez, fue el turno del otro gran grupo de la noche: Crisix.
La banda de trash metal, que viene desde Barcelona, trajo a Burgos ese plus de energía que le faltó a la noche. Plataformas, globos, saltos, gritos, Dragon Ball, solos espectaculares de guitarra, cambios de instrumento, chistes, bromas y heavy, mucho heavy, son las mejores palabras para describir la actuación de este grupo que lleva ya 11 años sobre los escenarios. Fueron, con muy poco, capaces de organizar a toda la sala para que danzásemos alrededor de una de las columnas de la Sala Andén 56, nos hicieron cantar esa canción popular que dice aquello de “había una vez, un barquito chiquitito…”, pero en versión heavy, y agotaron la energía que quedaba entre el público, terminando su actuación pasadas las 1:30 de la madrugada.
Para terminar la noche, y ya con una Sala Andén 56 más vacía, Bumper fue el grupo encargado de cerrar los últimos 45 minutos de celebración de este VII Aniversario de la Asociación Heavy Metal Burgos. Mezclando versiones con canciones propias, terminaron la noche de la mano de los más fieles, esos que se quedaron hasta el final.
Así, terminó la noche del sábado 7 en la Sala Andén 56. Así terminó el VII aniversario de una asociación que, esperemos, cumpla muchos más, y siga organizando estos eventos en Burgos, para que muchos sigan descubriendo esta música, porque, como ellos mismos dicen:
“Todo burgalés lleva un heavy dentro, lo que pasa es que aún no lo saben”