VIVIR PARA…

 

 

[dropcap]¿[/dropcap]Por qué siento como si una espina se clavase en mi estómago antes de sucumbir a Morfeo? La muerte acecha, no me preocupa, aunque sean demasiados e inabarcables los propósitos… pues no puedo palparlos, están lejos, necesitan tiempo… Y mi miedo a morir es no cumplirlos pero… ¿Cumplirlos para qué? Está claro que trascender es la clave, pues ello me daría tiempo, la inmortalidad deseada para alguien que quiere dejar huella y ser distinto, que quiere ser excepcional en su trabajo. Pero tampoco me debe cegar esa ambición, esa idea de inmortalidad, pues no me dejaría ver el trabajo que hace falta para llegar a ser alguien especial.

La verdad es que profundizar en una idea tan abstracta y concreta al mismo tiempo es ardua tarea para un joven sin experiencia. La muerte está ahí, es un hecho, y aunque sea incierto lo que se produce al morir. La inquietud de un vacío vital llena mi alma de un oscuro pensamiento de sinsentido, de que el paso fugaz no tiene una meta o un motivo por el que evolucionar. El desprecio que siento por una especie que piensa, pero no entiende el equilibrio natural, me desgarra el pecho, me vacía del amor que mueve mis entrañas. El ser humano se destruye a sí mismo poco a poco debido a una ambición que roza lo delirante, un comportamiento que no se observa en el mundo natural de ningún modo y que solo provoca destrucción y colapso. La duda comienza si mi deber vital es intentar cambiar el rumbo de 7.000.000 de quistes del cáncer de un planeta. ¿Seré un adelantado a mi especie?, ¿Seré alguien que piensa que el motor de la humanidad no debe ser otro que el conocimiento?,  ¿Qué el motor es el amor y no la necesidad?, no lo sé…

Así, el problema se convierte en social por un momento y luego se desvanece como la niebla en una mañana otoñal. La cuestión no es si debo trascender, sino en qué significa para mí trascender si solo tengo la certeza incierta de la intuición como adalid. Entonces un torrente de duda me golpea el rostro como el agua que me despierta al amanecer, pues la pregunta está mal formulada, trascender es sin duda ser recordado… pero ¿Sólo eso? La respuesta es simple en su contundencia, NO.

Trascender es que los actos de una vida sigan vivos después de morir y no ser una nota a pie de página en un libro. Trascender es hacer una obra de arte que traspase tus sentidos y se te clave como una lanza, es el que tus pasos se recuerden por su valentía y honor, pero también por su utilidad. Es que tu vida haya servido al propósito claro de vivir, avanzar en aquello no material, aquello que rompe los cimientos pero construye unos más fuertes. Es ser recordado como ejemplo y no ser olvidado como un cigarrillo que se consume en el fuego del paso del tiempo.

Por lo tanto trascender es ser ejemplar y solo se puede ser ejemplar en la forma en la que vives, no en la que eres, pues una vez nuestro tiempo se consume empiezan a ser recordados nuestros logros y actos. Y solo el valor de estos decide la prórroga, el regalo de que nuestro nombre se pronuncie durante la eternidad. No me equivoco en el enunciado, trascender es la certeza de que ahora estas siendo lo mejor que puedes hacer.

Fran NezbiaN. El Secreto de la verdad

Comparte:

Artículos y noticias relacionadas

ESTAMOS INACTIVOS

Ahora mismo, El Universitario de Burgos se encuentra en un periodo de  búsqueda de un nuevo director/a y de un nuevo equipo de redacción que quiera ponerse a los mandos.

Mientras tanto, la mantiene activa uno de los antiguos directores, para que no se pierda el trabajo de estos años.

Contacta

Si estás interesado en recuperar la actividad, escríbeme en el siguiente mail ✉️ fran@eluniversitariodeburgos.com y te responderé a la mayor brevedad posible.