Ayer, 26 de mayo, fallecía José Antolín Toledano, el empresario burgalés que revolucionó la industria del automóvil en España.
La historia de José Antolín comienza en Palencia en el año 1936, donde nació. Años más tarde, su familia se desplazaría a Burgos cuando José aún era un niño. Y con 14 años tuvo que empezar a trabajar en el pequeño taller de su padre debido a la carestía de la España de los años de posguerra.
Entonces, en el año 1959, su hermano Avelino y él tras años de trabajo y ahorro fundarían la fábrica que hoy le ha llevado a ser quien es. Lo que hizo sobresalir a su empresa frente al resto de compañías automovilísticas del momento fue la fabricación de rótulas de dirección y suspensión del automóvil, que hacían que la vida de este se alargase. Durante los años 60 y 70 la empresa fue creciendo y expandiéndose hasta que, en los años 80, se internacionalizó. Y, a día de hoy, uno de cada tres coches que se fabrican en el mundo tienen algún componente fabricado por el Grupo Antolín. Además, su firma está presente en 26 países y cuenta con más de 250.000 trabajadores en todo el mundo.
Su sobrino y actual CEO de la empresa, Ernesto Antolín, confesó que: «El grupo es hoy lo que es gracias al liderazgo y visión de negocio de un empresario de la talla como mi tío José Antolín».
También, su hija María Helena Antolín constató que: «Mi padre ha sido a lo largo de su vida un empresario que apostó por la creación de valor a largo plazo. Trabajo duro, honestidad, ambición por ser mejores y una apuesta por la ineludible innovación fueron su empeño toda su vida. La huella que deja en la empresa es profunda y perdurará siempre».
Debido a todas estas proezas empresariales, José Antolín ha sido condecorado por el Rey Felipe VI cuando en 2016 le entregó la distinción Reino de España a la Trayectoria Empresarial por su contribución al desarrollo industrial en Burgos. También fue nombrado doctor Honoris Causa por la Universidad de Burgos.
En definitiva, José Antolín falleció a los 86 años rodeado de su familia y seres queridos en la ciudad que le había hecho crecer y a la que él había hecho crecer también. Y hoy puede descansar en paz con todo un imperio industrial a sus espaldas.
Para terminar, desde el Universitario de Burgos, queremos aprovechar para dar el pésame a la familia y seres queridos de José Antolín.
