La ronda ciclista española por excelencia, la Vuelta a España, arrancó el pasado 19 de agosto, dando comienzo a su 77ª edición. Sin embargo, y por cuarta vez en su historia, el gran evento del ciclismo español no empezará en nuestro país. En lugar de eso, lo hará desde Utrecht, Países Bajos.
La primera vez que sucedió esto fue en 1997, cuando Lisboa vio partir a los ciclistas participantes de la Vuelta. En 2009 también empezó en Holanda, en Assen. Y en el año 2017 fue la ciudad de Nimes, en Francia, la que tuvo este honor. De hecho, la salida desde Utrecht ya estaba planeada en 2020, pero a raíz de la pandemia la ciudad solicitó que se trasladara el evento a un año en el que la organización fuera más factible.
Esta vez, la experiencia en Países Bajos se alargará durante tres días, hasta el 21 de agosto, en los que se visitarán 34 municipios neerlandeses. Se han invertido más de 16 millones de euros en la organización, y las estimaciones dicen que se rondará el millón de espectadores presenciales en la zona.
Esta singularidad no es exclusiva de la Vuelta. A modo de curiosidad, este año 2022 es el primero de la historia en el que las tres grandes vueltas ciclistas europeas empiezan desde un país extranjero. El Giro de Italia partió desde Budapest, Hungría, y el Tour de Francia hizo lo propio desde Copenhague, en Dinamarca. El director de la Vuelta, Javier Guillén, ha declarado que la intención es internacionalizar la carrera. Por lo tanto, es de entender que en el futuro más países acogerán las etapas inaugurales. Guillén señala directamente interés en Portugal y Francia, pero el éxito del Tour de este año pone también a Dinamarca en el mapa.
Este tipo de incursiones extranjeras en vueltas nacionales parece ser un fenómeno cada vez más común. Utrecht tendrá el honor de ser la primera ciudad en todo el mundo que ha acogido una etapa de Giro, Tour y Vuelta, en 2011, 2015 y 2022 respectivamente. Sin embargo, la primera vez que algo parecido sucedió fue en 1954, cuando Ámsterdam dio el pistoletazo de salida al Tour de ese año. En el caso del giro habría que esperar a 1966, cuando la salida se dio en Mónaco. Al final, se trata de una forma de establecer buenas relaciones entre países mediante el deporte, además de promocionar un evento tan importante, tratando de ampliar la audiencia de la forma más global posible.
En el plano deportivo, esta Vuelta Ciclista promete emociones fuertes. Venimos de uno de los mejores Tours de los últimos años, con la batalla entre Pogacar y Vingegaard propiciando etapas para el recuerdo. El campeón del Tour nunca planeó inscribirse en la competición española, pero Pogacar sí que parecía interesado. Sin embargo, su equipo confirmó la semana pasada que el ciclista descansaría estas semanas.
Aun así, hay un gran plantel. Primoz Roglic, ganador de las tres últimas Vueltas, intentará revalidar una vez más el título. No obstante, existen dudas sobre su rendimiento, al haber tenido que retirarse del pasado Tour por una lesión. El legendario ciclista español Alejandro Valverde disputará la última Vuelta de su carrera, ya que se retirará al finalizar la misma. El ganador de la edición de 2018, Simon Yates, también parte como uno de los favoritos, junto a Richard Carapaz, que finalizó en segunda posición en 2020.
Esta temporada de ciclismo nos está trayendo emociones fuertes con etapas de altísimo nivel, y todo parece indicar que la Vuelta Ciclista a España no se quedará atrás.
