Las verduras son un elemento imprescindible, ricas en sales y valores nutritivos, que conviene conocer a fondo.
Son alimentos reguladores y su función consiste en mantener el buen funcionamiento y desarrollo del cuerpo.
Todas ellas, sin excepción, son ricas en vitaminas y sales minerales, elementos esenciales a la hora de asimilar las proteínas, los hidratos de carbono y grasas.
Las verduras tienen una vida corta y efímera. El paso del tiempo perjudica de manera especial su gran valor nutritivo. Lo ideal sería comprarlas y consumirlas recién cortadas.
Hay que escoger las que presentan un aspecto terso, firme y con el color propio de su clase. Rechazar las mustias, demasiado grandes o duras. Esto quiere decir que la pieza esta pasada y tiene mucho desperdicio. Lo mismo hay que hacer cuando aparecen poco desarrolladas ya que al no haber conseguido su punto de madurez carecen de sabor y de parte de las vitaminas.
Lo mejor es comprarlas de plena temporada, son más sabrosas, con mayor valor nutritivo y más barato.
Son los productos más indicados para la congelación. Muy adecuados son los guisantes, habas judías verdes, espárragos, alcachofas y espinacas. También las cortadas, como zanahoria, coliflor, brócoli.
El perejil se congela muy bien envolviéndolo en pequeñas dosis en papel de aluminio poniendo varias en el mismo paquete . Cuando se vaya a utilizar solo se desenrolla una dosis.
La descongelación es diferente según la técnica que se vaya a utilizar al cocinarlas. Si se van a cocer no necesitan ser descongeladas, pero hay que echarlas en el agua o caldo hirviendo. Si se van a freír, cocerlas al vapor, asarlas en el horna o tomarlas crudas se sacan la víspera del congelador a la parte menos fría del frigorífica, o el mismo día al exterior.
Cada vez es más frecuente consumir verduras frías. Sin embargo, el calor hace más digeribles los alimentos y consigue mayor variedad de sabores.
La cocción debe de estar bien controlada. Hay que poner poca agua, en recipiente tapado y durante el tiempo justo; así se evitará la pérdida de vitaminas. Es este sentido, el uso de la olla exprés se convierte en una ayuda muy valiosa porque economiza el tiempo, combustible y conserva mejor el sabor y el valor nutritivo de los alimentos
Para congelar una verdura fresca hay que lavarla bien y escaldar en agua hirviendo durante un par de minutos. Se sacan se dejan enfriar y se secan, guardándolas en bolsas de plástico. Antes de cerrar la bolsa es imprescindible sacar todo el aire apretándolas.
Maribel Herreros Medina