LEIRE: Hace unos días pedimos a nuestros lectores del periódico que participasen en esta entrevista, haciendo sus propias preguntas. Elegimos tres de entre todas las que nos propusieron y la primera es de una chica llamada Ana: ¿Cuál es tu autor favorito y por qué?
IBON: Mi escritor favorito es Domingo Villar. Era un escritor gallego que falleció el año pasado. Solo tiene tres novelas con un mismo protagonista, Leo Caldas, un policía nacional. Siempre me ha resultado muy cercana su manera de escribir, de presentarme a los personajes, de adentrarme en el mundo gallego y también de hacerme disfrutar de los paisajes. Yo cuando abro un libro de Domingo Villar me siento perfectamente trasladado a los paisajes gallegos, en concreto, a las Rías Bajas, a la Ría de Vigo. Bueno, de hecho, lo que intento hacer con mis novelas ese eso mismo: quiero que el lector, cuando abra mis novelas, se sienta trasladado, que sienta que está paseando por donde lo hacen personajes. Y eso era algo que Domingo Villar lo conseguía de maravilla y a mí, desde luego, a pesar de que no fue el primer autor de novela negra que leí, sí era el único autor del que esperaba la publicación de su siguiente novela, así que sí, diría Domingo Villar sin ninguna duda
LEIRE: La siguiente pregunta nos la hizo una chica que se llama Isabel y nos comentaba si te planteas escribir una novela de otro género literario que no sea novela de suspense o novela negra.
IBON: Pues sí, es otra tentación que hay. Mi primera novela, antes de empezar con el género negro, fue una novela histórica que se llama El Valle sin Nombre, es mucho menos conocida. Yo antes lo mencionaba, empecé en esto como un hobbie, en un día de aburrimiento dije: voy a probar a escribir una novela utilizando esos rincones, esas historias, esas calzadas olvidadas que hay en nuestra geografía. Para eso Burgos es una gran tierra, toda la zona de los arrieros, la zona que linda con Soria… Por el País Vasco me encontraba muchas antiguas calzadas medievales que están perdidas en la montaña y me imaginaba cómo era el trasiego en esas zonas… Entonces me inventé una novela que tardé muchos años en escribir que nos hablaba de los valles vascos en el siglo XV.
Yo la disfruté muchísimo y todavía los lectores que se la han leído me preguntan para cuándo la siguiente histórica. A mí me encanta la novela histórica y la historia, así que más pronto que tarde escribiré una, aunque ahora de momento tengo contrato firmado para un par de novelas negras más.
LEIRE: La tercera pregunta que te queríamos hacer, la formulé yo antes de saber que iba a poder participar en esta entrevista. Uno de mis libros de cabecera es “La verdad sobre el caso Harry Quebert” de un autor que sea llama Joël Dicker. En uno de los comienzos de esos capítulos de la novela, en uno de esos consejos que Harry le da a Marcus como escritor, como boxeador y como hombre, le dice que “ser escritor y escribir significa que eres capaz de sentir mejor que los demás y transmitirlo después, que eres capaz de ver lo que los demás no ven, que los escritores son escritores porque saben hacer algo que los demás saben hacer, pero ellos saben hacerlo de una manera distinta: escribir”. Entonces, la pregunta que yo te quiero hacer es: todo el mundo puede escribir, pero, ¿todo el mundo puede ser escritor?
IBON: Uff… Yo creo… que no. A ver, es verdad que creo que todo se puede entrenar, ¿no? Tú puedes tener las peores cualidades físicas del mundo, pero puedes correr todos los días y acabarás corriendo una maratón, pero bueno, no lo harás tan bien como te hubiera gustado hacerlo probablemente. Estamos en lo mismo, cualquiera se puede sentar a escribir y cualquiera puede aprender a escribir, pero sí creo que el escritor parte de ser muy observador. Yo creo que lo primero que es un escritor, es alguien que observa mucho para poder trasladar al papel situaciones verosímiles con el fin de poder transmitir, que es lo importante con la escritura. Transmitir la emoción. Y el dotar de emoción a lo que escribes pues igual no está tampoco al alcance de todo el mundo. Sí que lo podemos trabajar y lo podemos entrenar, pero bueno, habrá gente que por su facilidad de observación y de transmitir eso, de trasladar eso al papel, va a conseguir conectar con el lector; y habrá quien por mucho que lo intente toda su vida, se quede relativamente por el camino, se puede acercar… pero yo creo que lo más importante es que consigamos emocionar y consigamos hacer que el lector empatice, tanto con los paisajes y las historias, como con nuestros personajes. Y esto sí que es verdad, que creo que no todo el mundo lo puede hacer.
LEIRE: Volviendo otra vez y ya retomando el hilo y cerrando el círculo de cómo ha empezado esta entrevista, te queríamos preguntar, ¿por qué la crítica social es uno de los elementos que siempre aparece en tus novelas?
IBON: Sí, bueno, yo creo que ahí también se ve un poco nuestro propio carácter. Yo soy protestón por naturaleza, me gusta protestar sobre las cosas que veo que no funcionan alrededor de nosotros. Y el poder aprovechar un libro para para poder hacer esto, es un es un altavoz que está, que tienes ahí. Yo creo que tenemos que visibilizar muchos problemas que hay en nuestra sociedad; entre ellos, los problemas a los que se enfrenta Cestero cada día, sencillamente por ser mujer, por ser policía, por ser mujer policía. Las trabas continuas. Creo que nuestra obligación como personas que tienen un mínimo altavoz es poder darle visibilidad. Y para mí es algo que, además, va un poco inherente a la novela negra. Porque la novela negra te permite, de algún modo, radiografiar nuestra sociedad porque estamos escribiendo sobre nuestros grandes problemas. Al final, no es una novela romántica donde todo el tiempo hablamos de cosas bonitas, sino que hay problemas que están generando otros problemas que muchas veces llevan a matar. Y, precisamente, el poder radiografiar de esta manera la sociedad yo creo que te lleva, tanto por placer como por obligación, a denunciar situaciones que creo que es importante que denunciemos.
LEIRE: ¿Cómo es Ibón Martín en las distancias cortas, más allá de la escritura?
IBON: ¡Ostras! Pues no sé. A mí me gusta mucho el contacto con la gente. Me gusta hacer cosas con amigos… Me gusta también estar solo. Coger la bici y perderme solo, o darme un paseo solo por el monte… pero me gusta mucho el estar con gente, con mi familia, mis amigos… Me gusta mucho el deporte… y soy bastante hablador y entretenido, creo que cuando alguien está conmigo tendemos a no aburrirnos, porque suelen salir temas de conversación y, bueno, tendemos a hacer muchas bromas y a reírnos… y yo tiendo bastante a reírme de mí mismo. Eso sería un poco lo más destacable a la distancia corta.
LAURA: Y ya la última pregunta: ¿cómo podrías recomendar a nuestros lectores tus novelas, y, sobre todo, El Ladrón de Rostros?
IBON: Teniendo en cuenta que cada vez tenemos menos tiempo y dedicamos menos tiempo a la lectura, porque hay muchísima competencia a nivel de ocio… os diría que es una novela que desde la primera página te va a enganchar, porque hay un asesinato, hay tensión desde ese primer momento. No es una novela que vas a poder soltar con facilidad, y que, además, es una novela que te va a permitir viajar. Alejarte en este caso de la meseta castellana, y adentrarnos en los valles verdes del País Vasco. Entonces, yo creo que el que se adentra en El Ladrón de Rostros, va a vivir enganchado durante unos días y, al mismo tiempo, va a desconectar totalmente de su realidad cotidiana, porque es una novela muy ágil, muy rápida, y que te traslada a un mundo totalmente diferente al que al que estamos acostumbrados.
