Beatriz López Rojo
El último partido del San Pablo Inmobiliaria de baloncesto contra el Real Madrid en el Wizink Center (Madrid) el pasado domingo 28 de octubre, tuvo cierta polémica que afectó negativamente a la afición del equipo burgalés. Además de la derrota del equipo de Diego Epifanio en tierras madrileñas, los fieles seguidores se encontraron con una notable subida del precio de las entradas para poder disfrutar del encuentro.
El motivo, no era otro que ganar dinero a costa de los aficionados burgaleses, que se desplazaron a Madrid con la única intención de animar a su equipo y poder conseguir la victoria frente el equipo blanco para subir de posición en la tabla de clasificaciones. Cuando normalmente las entradas en el Wizink Center con el resto de equipos se sitúan entre 15 y 20 euros, el encuentro con el San Pablo colocó los precios a 25 euros las entradas más baratas.
¿La razón? El año pasado fueron 1.000 los burgaleses que disfrutaron del partido en la capital española, siendo de las aficiones, por no decir la afición más multitudinaria que acude al estadio del Real Madrid y gracias a la cual el equipo blanco aumentó sus ingresos. A pesar de eso, el equipo madrileño este año solamente ofertó 200 entradas para los aficionados del San Pablo.
Llevamos años luchando contra la antideportividad de las aficiones, pero cuando una lo hace bien y se la da el reconocimiento que se merece, se lo pagan así.