[dropcap]T[/dropcap]odos pretendemos tener una piel brillante y cuidada sin darnos cuenta que muchas de las cosas que hacemos en nuestro día a día nos están perjudicando de manera directa sin nosotros ser conscientes de ello. Estos actos que realizamos habitualmente, pueden ser los causantes de la aparición de manchas, granos, cicatrices… Entre los hábitos que dañan nuestra dermis, vamos a destacar seis.
En primer lugar destacar el alcohol en exceso, sí que es verdad que según estudios una copa de vino al día, especialmente en la comida, es beneficioso para el corazón o en el caso de la cerveza, también sin abusar de ella, puede ayudarnos a reducir el colesterol. Dicho esto, si eres una persona que consume alcohol diariamente y en abundancia, debes tener cuidado ya que este actúa como vaso dilatador y diurético, es decir, que provoca la eliminación del agua y el sodio del cuerpo a través de la orina o en ocasiones de la diarrea. Además, deshidrata la piel, de aquí que durante las resacas, tengas mucha sed y veas tu dermis reseca.
Otro hábito que nos perjudica es no usar el protector solar en época de calor. Cuando comienzan los primeros días del verano, lo único que nos apetece es tirarnos al sol en la playa o en la piscina y pasamos totalmente de echarnos crema por aquello del “me tengo que poner morena que estoy muy blanca”. No nos damos cuenta, pero esto provoca la aparición de manchas que estropean nuestra piel y recalcan más las cicatrices, en el caso de que tengamos. Esto puede quedar en un segundo plano si mencionamos la palabra “cáncer”, que por no usar protector solar tenemos más posibilidades de padecer cáncer de piel.
La tercera práctica es la comida basura. Sobre todo se recurre a esta si se estudia fuera de casa o se trabaja todo el día, por comodidad o cansancio. Esto a parte de engordarnos, nos aumenta el colesterol malo y reduce el bueno que puede terminar en un ataque al corazón. El estudio que hizo la Escuela de Salud Pública de Harvard detectó que las personas que comen este tipo de comida diariamente tienen más tendencia a sufrir depresión y esto provoca en la piel erupciones e irritación.
El cuarto hábito lo podemos relacionar con el anterior, que es el de no hacer deporte. Este nos puede ayudar a bajar de peso si queremos hacerlo, pero también favorece una piel más cuidada. Si queremos tener una mejor calidad de vida, sabemos que es necesario realizar deporte al menos 30 minutos diarios. Durante el ejercicio liberamos hormonas y toxinas que hacen que nos sentemos bien con nosotros y fortalezcamos el corazón.
El penúltimo hábito es tocarnos la cara con las manos después de que estas hayan estado en contacto con superficies contaminadas, esto hace que la piel se llene de células muertas y aparecen los famosos puntos negros.
Y para finalizar, solemos tener la costumbre de trasnochar, sobre todo en época de exámenes y trabajos, algo que es muy perjudicial para nuestra salud además de para nuestra piel. No dormir ocho horas diarias afecta gravemente al proceso de regeneración de la piel, y aparecen las arrugas y las conocidas ojeras.
Cómo podemos ver, son hábitos que solemos hacer en nuestro día a día sin saber que nos perjudica más de lo que pensamos. Nadie dice que no puedas beber un sábado que salgas de fiesta, o que vayas a cenar una pizza con tus amigas, de hecho son cosas que se recomiendan para combatir el estrés, pero ya sabemos que en exceso, nada es bueno.
Vanessa Rodríguez Encinar