Me acorde de ti,
ayer,
con el café húmedo de las seis
cuando me quemaba los labios
y tu me los curabas
con caricias dulces
y promesas amargas
de esas que nunca ocurrirían,
pero que su sabor te hace adicta
a ellas.
Que irónica la vida,
que de todo lo que fuimos
solo nos quede el pasado,
el pasado de las tardes por mi cabeza,
los besos apresurados en tus frases
o los silencios llenos de pensamientos,
de los que ninguno eras tu el dueño.
Y como siempre,
tres cervezas después,
yo debería dejar de pensarte
y tu deberías regresar a tu vida
a soñar tus sueños
en vez de viajar en los míos.
María Segura Herrero @_manksy