Fran Nézbian (Mas artículos míos)
Así como recordamos fechas señaladas de las guerras, absurdas guerras que han asolado a la humanidad durante toda su existencia, hemos de recordar los conflictos en la política, pues es una de las maneras pacíficas para la sociedad de resolver estos. La semana pasada, se dió una de esas fechas, que será recordada no solo en la historia de España, sino probablemente también en la de Europa.
Está demostrado que la certeza de lo que consideramos injusto se paga y nuestra justicia, va lenta, pero camina, y por primera vez, un PSOE liderado por no-corruptos, PODEMOS y los partidos dedicados a sus autonomías, han podido hacer caer a un gobierno pseudo-mafioso. Con el artículo, muchos me tacharán de izquierdas como si revelar tu ideología te hiciera mas débil, y esto lógicamente, no es así. Reconozco que he crecido en una familia acomodada, pero humilde, con unos padres que me han hecho comprender lo que es el sudor y el esfuerzo, y lo injusto que es que este esfuerzo no sea recompensado. Este país se despertó de una larga y deplorable dictadura, y comenzaron a aflorar heridas no cerradas de otra absurda guerra. Es el momento de que las ideologías pasen a un segundo plano (aunque no hay que olvidarlas) para dar paso a una democracia moderna, con pluralidad de puntos de vista, con el consenso y la gestión responsable de la economía como metas claras.
La batalla política que se libró en el congreso es el resultado de una guerra declarada por el Partido Popular el día que los medios de comunicación, el propio PSOE y el juego político sucio consiguieron que Sánchez, elegido por los afiliados del partido, dimitió como secretario general e inició una cruzada que lo ha llevado a ser presidente. Esta guerra ha tenido su dia D, pero no ha terminado, este gobierno debe aguantar unos meses, cambiar la ley electoral y proclamar elecciones. Deberemos afrontar un gobierno en coalición o en minoría y modernizar el país. La descentralización y un modelo federalista pueden ser las soluciones al problema territorial, y por supuesto, recuperar la sanidad y mejorar y modernizar la educación, deben ser los problemas fundamentales a abordar, la deuda y la confianza de los inversores es secundaria cuando se trata del bienestar del pueblo.
Ahora, con el nuevo y feminista gobierno, con alguien que ha visto lo pequeños que somos y claramente europeísta, la esperanza se abre paso después de 7 largos años, pero debemos votar.
La verdad y la justicia acaban imponiéndose, aunque los caprichos del destino y la voluntad del hombre los retrasen.