Para dejar el vicio de la nicotina siempre ha habido muchos (falsos) trucos. También parches o chicles. Pero un hombre turco de 42 años de edad ha ido más lejos, tomando las rejas por bandera.
Si, efectivamente, Ibrahim Yucel, que se sentía esclavo del cigarrillo tras pasar media vida fumando, decidió ponerse una jaula…en la cabeza.
Ibrahim junto a su mujer y su hija
Tras ver como el cáncer de pulmón se llevó a su padre y tras años de vanos intentos de dejarlo, llegando a fumar un mínimo de dos cajetillas al día, creyó y aplicó aquel dicho de ‘a grandes males, grandes remedios’.
Aunque como es obvio, al principio la familia sentía vergüenza, pues se convirtió en la atracción de feria del barrio, pronto se dieron cuenta de que era la única solución y de que la salud de ‘Ibra’ era primordial.
Este método no le impide llevar una vida normal: realiza su trabajo sin problema, puede beber a través de una pajita y puede llevar a cabo sus lecturas del Corán.