Cristina Ballesteros
“Pero tu intención de ir te llevó donde querías, lejos de aquí, donde estás diciéndome: “aquí estoy, mira”. Y me señalas la ausencia.
Pedro Salinas
A veces me olvido del cielo. Me agota buscarle sentido a todo, me agobia el hecho del suelo y el hecho del desastre.
Respiro y se me pasa.
A veces me acuerdo del punto medio y de la sonrisa constante, del espejo en el tiempo, de lo mejor de lo mejor.
Respiro y se me pasa.
A veces tengo miedo a la noche, y a la niebla, y a no saber volver a casa y a no encontrar mi casa como era y no saber dónde buscar lo perdido ni cómo arreglar lo roto, y el fuego y el silencio que me grita y lo peor de lo peor.
Respiro y se me pasa.
A veces pienso que son imposibles tantas cosas, que esto pueda ser real, y que tú y que yo le encontremos sentido a lo nuestro, y que alguna vez seamos un nosotros, y que yo me lea y tú me leas y el anónimo futuro me estudie.
Respiro y se me pasa.
A veces es bueno lo malo y malo lo bueno, y yo escribo mientras tú me escribes, o no me escribes, y me olvido otra vez del cielo.
Respiro y se me pasa.
A veces me acuerdo del agua. Y no me ahoga y a veces me agobia y cabe todo en una gota y recuerdo el río que nunca más volverá a ser, y vuelven a mí los atardeceres, y se me caen otra vez los años encima y yo debajo buscando aire y no lo hay y no me importa y me ahogo y me caigo cada vez al suelo.
Respiro y se me pasa.
A veces me cansa el tedio, y la monotonía, y el tener que estar siempre nueva, no haberme utilizado nunca, no haber aprovechado el tiempo que se me ha dado, y el comer sin ganas, y el estómago cerrado, y los ojos durmiéndose, y los huesos hablando, y la humedad entera del mundo viviéndose en mis vísceras.
Respiro y se me pasa.
A veces recuerdo un cielo que no es el mío pero era el mío, y recuerdo un suelo en el que dormir pero no es ya más mi suelo ni yo soy la que dormía, y recuerdo el momento de tormenta y del anuncio del trueno, la foto del abismo, y el silencio de luego, y yo mirando hacia abajo pensando en el salto, en la piedra, en la roca, en la ola, en la nube, en la hierba y en la playa, en la caída y en la retina haciéndose con todo.
A veces me acuerdo del cielo pero respiro y se me pasa.