[dropcap]C[/dropcap]uando nos planteamos el cómo y el por qué de la riqueza y el bienestar económico tanto actual como futuro de una nación tendemos a sobrevalorar los recursos naturales, las materias primas, los recursos estratégicos etc
Sin embargo esto es un gran error desmentido por la realidad, si bien aquellos elementos son útiles e importantes existen países como Arabia Saudí o Venezuela que con ingentes cantidades de petróleo siguen sin ser capaces de crear verdadera riqueza y bienestar, y por el contrario hay países como Noruega que con cantidades mucho menores pero una organización notablemente más eficiente y equitativa si han sido capaces de lograr aquellos objetivos.
Y es que en verdad la gran riqueza del ser humano es su capacidad creadora. Me explico, extraer un gas natural o un petróleo que llevan millones de años siendo generados por complejos procesos geológicos para consumirlo en cuestión de días no es verdadera gran riqueza.
La verdadera riqueza reside en convertir dicho petróleo en plástico, o un pedazo de metal en un futurista avión. Cuantos más pasos existen entre la materia prima y el objeto creado mayor es el valor del objeto, cada nuevo paso supone un plus y a la suma de estos lo llamamos valor añadido. Es valor añadido convertir un trozo de hierro en una espada, pero es aún mayor valor añadido convertir el mismo trozo de hierro en un motor.
La conclusión es que resulta relativamente fácil explotar los recursos de la tierra, pero lo difícil es convertirlos en algo útil para el ser humano.
De todo esto se deduce que en el fondo el I+D es en cierto sentido un proceso de aumento de complejidad, y si queremos algo más complejo necesitamos personal y materiales más «especializados» y para lograr esto se necesita inversión, y aquí está la clave de la riqueza y el bienestar de las naciones.
A día de hoy en los presupuestos del Estado se plantean dos grandes opciones respecto al donde gastar, por un lado gasto social, y por otro inversión (entendida a largo plazo), se trata de buscar un equilibrio entre ambas opciones que al menos en parte representan el pan de hoy (gasto social) y el de mañana (inversión) un gasto excesivo en materia social supondría ahogar el futuro, al no invertir lo suficiente, y me gustaría extenderme en este punto.
La producción requiere entre otros de dos elementos fundamentales, las maquinas e inventos por un lado y la mano de obra por otro. Un país como China por su falta de inversión en el pasado depende de una baratísima y eficiente mano de obra para competir. Aquí en occidente por contra nos basamos en una maquinaría en permanente mejora que nos permite compensar la diferencia de competitividad entre un trabajador chino y otro occidental.
Si no invertimos no mantendremos la ventaja tecnológica, y si esta no es lo suficientemente amplia habrá que compensarlo en otra parte, y esta me temo que son los trabajadores occidentales. España basó su economía en la construcción (que apenas supone valor añadido) y dejo de lado la inversión, ahora pretendemos competir con China que además también está mejorando su maquinaría resultando todo ello en un desequilibrio que se compensa con… ¿recortes?
Y a falta de espacio quisiera acabar lanzando diversas preguntas. Si en el mundo en numerosos países, no solo China se vive con jornadas laborales de 12 horas, sueldos míseros, sin apenas vacaciones, ¿como en occidente con sueldos altos, jornadas de 8 horas, y muchas más vacaciones vivimos mejor? ¿si ellos son quienes más trabajan por que nosotros ganamos más? ¿no sería lo lógico que aquí viviéramos peor?
Yago Rodríguez Rodríguez