¿Qué se siente al no poder tener algo? ¿Sentir haber encontrado sin haber buscado y haber buscado sin saber qué haber encontrado?
Así me siento yo:
Como Phil Collins en In the air tonight; como en Yesterday de los Beatles; como Louis Armstrong en When you’re smilling, eres puro jazz. Eres jazz, pero también eres indie; eres indie pero eres rock and roll; eres Mack the Knife y Nothing Else Matters; eres dulce pero también dura, apáticamente dulce, empáticamente oscura.
Eres lo intangible de Cortázar y su Rayuela; eres lo que Platón calificaba como “El Mundo de las Ideas”. Mi musa y mi impedimento; mi Diosa y mi imposibilidad; eres mi Renacimiento y mi Siglo de las Luces; mi Leonardo Da Vinci; mi Vivaldi.
Eres como la mano de la Mona Lisa, pura sorpresa. No te vi llegar ni salí tampoco a buscarte. Como los alfiles controlando las diagonales y la dama magnífica atacando al rey adversario, dulce y oscura, morena y blanca, así eres tú, hasta el tablero te envidia. Ni ajedrez ni música, eres mejor tú.
Así me siento yo:
Como Picasso y el Guernica; como Calamaro y el Te Quiero Igual; como el Estadio Azteca, eres pintura diáfana y clara, dialéctica entre el sol y la luna, o el amor imposible entre la noche y el día.
Resultas ser dos ases y dos treses, como lo mejor y lo peor, lo peor de lo mejor y lo mejor de lo peor, siempre mejor. Aria de Bach, tormenta del cielo; espíritu puro como el sol, sobrio como las nubes de lluvia, imposible, intangible, tuya; eres Creedence y Have you ever seen the rain?; eres la envidia diurna, preciosa morocha nocturna.
Y así me siento yo:
Loco como Van Gogh; alterado como Nietzsche; soñador como Machado; espiritual como Unamuno; impasible como Cortázar; desordenado, como soy yo. Me siento gritando como Munch; cantando como Chuck Berry o Frank Sinatra; pensando y cautivando el atardecer como Ortega y Gasset.
Demente; perturbado por tu piel blanquecina, no lo sabe ni la virtuosa nieve; como un Paris y un Madrid invernal, la sombra de la verdad; como Roma o Berlín; como un cuadro de Dalí; como un tango y un clavel; Entre dos Aguas y Paco de Lucía; como viajar o estar; como pensar o divagar.
No sé… Como no sé decirte,
yo solo sé que me enamoré de ti.
Rodrigo Angeleri