La fiesta del “Curpillos” o simplemente “el Parral” es, para muchos, la fiesta burgalesa del año. Además de coincidir con el final de exámenes universitarios (para aquellos no condenados a una segunda convocatoria), las pruebas EBAU y estar apenas unos días antes del final de clases para primaria y secundaria (23 de junio este 2022), El Parral sirve como pistoletazo para el verano y los Sampedros. Así el gélido Burgos derrite su hielo y viste su vestido floral para sonsacar a los ‘fríos’ y ‘sosos’ burgaleses en una celebración con casi 700 años de historia. Junto al Cid y la catedral de Santa María, el Parral completa la trinidad que define y marca nuestra ciudad desde la época de la Reconquista.
Orígenes
“El Parral” surge como celebración a la victoria en la Batalla de Las Navas de Tolosa de 16 de julio de 1212, donde un ejército cristiano formado por castellanos, aragoneses, y navarros (entre varios otros) se enfrenta al ejército numéricamente superior de ‘Miramamolín’, sobrenombre del emir Muhámmad an-Násir. Unos 30.000 musulmanes y unos 14.000 cristianos se enfrentan en una de las batallas más sanguinarias de la baja Edad Media. La victoria se paga con 2.000 vidas cristianas y una estimación de 20.000 vidas musulmanes en una época donde la típica batalla reúne, como estándar, 3.000 hombres por bando. Estas cifras aparecen distorsionadas en casi todas las crónicas de la época, exageradas o desestimadas dependiendo del bando que se apoye.
La primera fecha que se conoce de su celebración es la del 22 de mayo de 1331, después de la institución de la solemne fiesta del Corpus Cristi. Aunque esta segunda se traslada del jueves al domingo, el Curpillos se establece los viernes de la semana siguiente a la Solemnidad al Corpus Cristi. Su celebración se liga con el Montasterio de Santa Maria la Real de las Huelgas, donde se celebra primero una misa y seguidamente una procesión hasta trasladar al publico a la romería del parque del Parral – la famosa ‘jira’.
Burgos Unido
Aunque las habilidades sociales de los burgaleses a menudo se ponen en duda, el día del Parral hace lucir a sus diversas peñas: asociaciones culturales que unen a sus habitantes. Vistiendo de manera similar, todos con sus vestimentas de colores como si fuesen equipos de futbol y el clásico pañuelo rojo, las peñas, hermandades y casas regionales toman papel protagonista mediante las casetas dispersas en el parque en esta fiesta de interés regional. Estas casetas ofrecen productos típicamente burgaleses, siendo morro, chorizo o morcilla entre los más comunes. Como todos los años, sus cantidades se miden en toneladas.
«Los nuevos miembros se incorporan a la Peña por medio de un familiar o algún amigo que ya forma parte de nosotros,» nos comentan Julio Vidal y Michel Sánchez, Presidentes de la Peña Blusas de San Esteban. «Se paga una única cuota al año y durante todo el año hay diferentes actividades en las que participamos. Lo realmente atractivo para la gente es la semana de San Pedro.»
«Con respecto al parral, la Peña participa de forma activa durante este día. Nos reunimos unos días antes y empezamos a preparar todo lo que vamos a comprar; 300 kilos de careta, 80 kilos de chorizo, morcilla, costillas, morunos… entre otros muchos productos. Además, las Peñas vendemos pinchos, vino, cerveza y refrescos… de todo un poco. Consideramos que para cualquier Peña (el Parral) es sin duda el comienzo de las fiestas grandes de nuestra ciudad»
Fuera de estas asociaciones, Burgos se une en grandes grupos de amigos y conocidos, todos concentrados entorno al parque. El alcohol es común, a pesar del intento del Ayuntamiento de limitar su acceso mediante una prohibición de las botellas de cristal. Además, este año la fiesta del Curpillos caerá bajo el ojo de una flota de drones de la policía local, los cuales serán capaces de vigilar la celebración desde los cielos según señala el Diario de Burgos. . Además, medio centenar de agentes velará por la seguridad con los pies en la tierra. El aumento de la vigilancia se debe a la creciente tendencia de convertir una celebración en un ‘macrobotellón’. Aun así, el ayuntamiento estimula la importancia de esta fecha mediante la oferta de transporte desde Valladolid para acudir a la fiesta y servicios de autobuses locales que transportan, gratuitamente, a los locales hacia esta festividad. Botellón o no, el ayuntamiento refuerza su dispositivo de limpieza para evitar la acumulación de basura como consecuencia de esta emblemática celebración.
Un anticipo.
La fiesta de Curpillos es esencial para la autentica experiencia burgalesa, y una festividad que tanto locales como visitantes no deben perderse. En un mundo post-pandémico, donde las restricciones sanitarias parecen estar en peligro de extinción, las mares de personas inundan las fiestas como intentando recuperar aquellas perdidas debido a la infame cuarentena. Esto mismo se vivió en la Noche Blanca, por ejemplo.
Este viernes 17 de junio puede suponer el día del Parral más caluroso de la historia. Se esperan temperaturas superiores a los 34º, similares a las sufridas estos últimos días puesto a la alerta amarilla por calor declarada este martes 14 de junio. Por tanto, se recomienda responsabilidad y precaución, búsqueda de sombra y moderación con el alcohol.
¡Feliz fiesta de Curpillos!